
Muchas personas están optando por cambiar su estilo de vida eligiendo vivir en casas pequeñas. Las razones para esta elección son diversas. Algunos eligen viviendas compactas debido a su conciencia ambiental, buscando reducir su huella de carbono y llevar una vida más consciente. Otros buscan simplicidad y minimalismo, reduciendo la cantidad de cosas y enfocándose en lo esencial.


Vivir en una casa pequeña tiene muchas ventajas: son fáciles de limpiar, más económicas de mantener y cómodas para mudarse. Un ejemplo de ello es Heather, una viajera que vivió en una furgoneta, y después de la pandemia y un difícil divorcio, decidió mudarse a una casa pequeña. Esta es su primera casa propia, y para ella, fue una continuación lógica de su vida en la furgoneta.

¡Para Heather, esto es más que real! Desde fuera, su casa parece sencilla, porque Heather solo hizo lo necesario, sin saber cuánto tiempo viviría allí. Sin embargo, la casa tiene todo lo que necesita. Al entrar, a la derecha se encuentra su área de trabajo junto a la ventana, desde donde tiene vistas pintorescas.

A la izquierda está la acogedora sala de estar con mesas colgantes, cómodas para usar con el portátil durante las proyecciones de películas nocturnas. Muchos cojines están esparcidos en el sofá para mayor confort. Enfrente de la entrada, se encuentra la cocina, una chimenea y un baño. A la izquierda hay una estufa a leña, que costó más de lo que Heather esperaba, pero que proporciona calor y comodidad en los días lluviosos y en las heladas invernales.

La cocina es pequeña pero funcional. Hay un fregadero, que actualmente solo se usa para guardar los platos, y una estufa de camping, una solución ideal para cocinar para una sola persona. Las estanterías abiertas sobre la cocina están decoradas con cristalería, platos y suministros de comida. Un pequeño refrigerador, donado por la madre de Heather, se ha convertido en el lugar donde guarda imanes de sus viajes. El cobertizo también tiene mucho espacio de almacenamiento: cajas para alimentos, ropa, zapatos, libros, así como un inodoro de compostaje debajo del fregadero.

Encima de la sala de estar, en el ático, está la habitación, un espacio que Heather usa solo para dormir. “Me encanta la atmósfera de esta casa”, dice Heather. “Por primera vez en mi vida, tengo control total sobre mi espacio. Es abierto, aireado y me recuerda a vivir en la naturaleza, pero dentro de una casa. Este es mi rincón seguro, que inspira creatividad”. Heather logró convertir un pequeño cobertizo en un hogar acogedor y funcional, que se ha convertido en su verdadera inspiración.