
El anhelo universal de los padres es acompañar a sus hijos en su camino por la vida, pero, para algunos, este sueño se ve truncado demasiado pronto. Aquellos que se convierten en padres en una etapa avanzada suelen enfrentarse a un tiempo limitado con sus hijos, una realidad efímera. Además, la sociedad no siempre es comprensiva con los padres mayores, como lo demuestra la historia de una mujer de 66 años cuya gestación de gemelos causó gran impacto en su entorno.

Maria Carmen del Bousada, una jubilada española, siempre había soñado con la maternidad. Tras la muerte de su madre, decidió que era el momento de hacer realidad su deseo, argumentando que las circunstancias la llevaron a tomar esa decisión. Ocultó su embarazo todo el tiempo que pudo, pero cuando ya no pudo esconderlo más, su familia reaccionó con incredulidad y la acusó de actuar por egoísmo.

Para lograr su objetivo, Bousada se sometió a un tratamiento de fecundación in vitro (FIV) en una clínica de California, donde falseó su edad. Incluso vendió su casa para costear el procedimiento. Finalmente, en 2006, dio a luz a gemelos, convirtiéndose en la madre de mayor edad en aquel entonces. Sin embargo, su felicidad se vio empañada poco después, cuando fue diagnosticada con cáncer de ovario, lo que dificultó su capacidad para cuidar de sus bebés. A pesar de su enfermedad, se mantuvo entregada a ellos y optó por no contarles sobre su condición debido a su corta edad.

Su etapa como madre fue breve, ya que su esperanza de encontrar una pareja más joven que la ayudara a criar a sus hijos nunca se concretó. En su lugar, fue su familia quien asumió el cuidado de los pequeños. Tristemente, Bousada falleció en 2009, dejando a sus gemelos huérfanos. Aunque confiaba en que viviría muchos años para verlos crecer, su destino tomó otro rumbo.

Su hermano, quien en un principio había criticado su decisión, finalmente asumió la responsabilidad de criar a los niños y expresó el profundo cariño que sentía por ellos, pese a la controversia que rodeó su nacimiento. Un amigo cercano aseguró que los pequeños estaban bien y creciendo en un ambiente familiar lleno de amor. La corta experiencia de Bousada como madre fue una consecuencia trágica de su enfermedad. Su amigo lamentó que no hubiera tenido más tiempo para compartir con sus hijos. No obstante, en sus últimas entrevistas, ella aseguró que no se arrepentía de su decisión de ser madre. Ahora, solo queda la esperanza de que su familia conserve su memoria y transmita a los niños la historia extraordinaria de su madre.