La madre de Brooke Shields tenía grandes ambiciones para convertir a su hija en una auténtica estrella de Hollywood. Con su belleza rara, Brooke fue lanzada al estrellato desde muy joven. A los 11 años, ya era una modelo destacada para las principales marcas de moda. A los 15, Brooke se convirtió en un símbolo sexual de Hollywood con su papel en la película “El Lago Azul”.
Las escenas provocativas de la película no afectaron a la joven actriz. Sin embargo, la fama mundial le pasó factura, llevándola a luchar contra la depresión y un trastorno alimentario.
Después de aparecer en varias películas más, Brooke desapareció de la pantalla. Se casó con el tenista Andre Agassi, una unión que esperaba la liberaría de la influencia de su madre. Quizás por eso el matrimonio no duró.
Por otro lado, su segundo matrimonio con el productor Chris Henchy ha sido feliz.
Siguen juntos y han criado a dos hijas. Ahora, a sus 59 años, Brooke ha optado por no someterse a cirugía plástica ni inyecciones de belleza, abrazando el envejecimiento natural. Por supuesto, los años la han cambiado significativamente.