En ciertas teorías pseudocientíficas, especialmente las relacionadas con la quiromancia o el análisis de la mano, se cree que los rasgos de la personalidad están ‘definidos’ por la longitud de los dedos.
Sin embargo, la personalidad es influenciada por una compleja mezcla de factores genéticos, ambientales y psicológicos, y no puede determinarse de manera precisa por características físicas como la longitud de los dedos. Aun así, hay quienes piensan de otra manera.
Basado en un concepto pseudocientífico llamado “relación digital”, que se centra especialmente en la proporción entre el dedo índice (2D) y el dedo anular (4D), se cree que ciertos aspectos de la personalidad pueden determinarse de forma sencilla.
Algunas interpretaciones son las siguientes:
- Dedo anular más largo (relación 2D:4D baja): Tener un dedo anular más largo a menudo se asocia con personas que se cree que son propensas a asumir riesgos, son asertivas y tienen alta autoestima. Además, estas personas son vistas como competitivas, ambiciosas y extrovertidas.
- Dedo índice más largo (relación 2D:4D alta): Tener un dedo índice más largo se asocia con personas compasivas, empáticas, comunicativas y cariñosas. Estos individuos tienden a evitar conflictos.
- Igual longitud: Estas personas podrían mostrar una combinación de asertividad y empatía, mostrando tanto un comportamiento competitivo como cooperativo dependiendo de las circunstancias.
Según la ciencia, la idea de que la longitud de los dedos revela características significativas de la personalidad proviene del biólogo evolutivo John Manning, ahora en la Universidad de Swansea. Su trabajo ha inspirado más de 1,400 estudios en poco más de 20 años, vinculando las proporciones de los dedos con la personalidad, las habilidades cognitivas y los riesgos de enfermedades. Incluso algunos investigadores han utilizado estas proporciones para especular sobre el género de antiguos pintores de cuevas.
Además, la revista escribe que las proporciones de los dedos surgieron como una solución en la década de 1950, cuando los investigadores vincularon la testosterona prenatal con el desarrollo cerebral y el comportamiento. Dado que el muestreo hormonal fetal es arriesgado, los científicos usan las proporciones de los dedos como una forma no invasiva de estudiar rasgos influenciados por hormonas prenatales, como la agresión y la orientación sexual.
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